Es por todos conocido que las cosas buenas siempre vienen de dos en dos... y no iba a ser menos con los tocados de novia. Me explico: después del tocado de Alejandra de la entrada anterior, llegó el segundo, y no por ello menos importante, el de Inés.
Mucho tiempo planeando el gran día, listas de cosas pendientes por hacer, pequeños detalles que se iban cerrando... y entre ellos el tocado que luciría en su gran día.
Unos pequeños Jazmines fueron la inspiración de Inés para elegir cómo quería que fuese su tocado, algo cómodo, sencillo y que pudiese lucir durante la fiesta cuando se desprendiese del velo. Después de un rato hablando, buscando la manera de que todo encajase, la idea se convirtió en hecho.
Dos pequeñas peinetas con flores blancas moldeadas a mano, una a una, y engarzadas para que enmarcasen perfectamente su precioso peinado.
Y está mal que yo lo diga...pero más guapa imposible!
He de confesar que al principio le tenía algo de respeto a hacer los tocados de las novias, pero le estoy cogiendo el gustillo! Espero que no haya dos sin tres!
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