Estos días se está hablando mucho de coronaciones y príncipes y reinas, y yo no iba a ser menos para subirme al carro de hablar de coronas. Aunque ésta es bastante diferente de lo que seguro que tenéis en mente, pero a mí me tiene emocionada!!
Tengo que confesar que nunca me había atrevido a hacer una, y que en el momento de ponerme a ello estaba bastante nerviosa, primero por mi inexperiencia con estos tocados, y segundo, porque no quería defraudar a su futura dueña, mi amiga Karin.
Es una amante empedernida de las flores. Durante los años que estudiamos juntas Farmacia, eran muchas las veces que aparecía con flores en el pelo, y cuando ya decidió hacerse un cambio radical y pasarse a un corte estilo pixie, era raro el día que no la veías con un accesorio en el pelo, que encima le quedan todos genial. Un sueño para cualquiera que haga tocados, porque el trabajo sale prácticamente solo!
Cuando me enseñó el vestido que iba a llevar, barajamos la posibilidad de hacer algo con ellas, pero buscando diseños se nos ocurrió una cinta con pequeñas cuentas de cristal. Por problemas logísticos era imposible conseguirlas a tiempo, así que al final la bombilla se encendió, ella se enamoró de otro vestido y los astros se alinearon para que sus flores hoy estén donde están. Y aunque parezca que siempre digo lo mismo, no puedo estar más feliz con el resultado. Qué le voy a hacer, para mí que uno de mis tocados lo luzca alguien es un orgullo, y más todavía si esa persona es una amiga. Porque si ya era guapa antes, hoy, deslumbra.
